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Siempre escuché que era importante comer frutas y verduras crudas y que, según la cocción, un alimento podía perder parte de, o hasta todo su capital micro-nutritivo. Supongo que a ti te suena también. Pero aparte de las ostras, nunca me había fijado en que unos de los alimentos que consumimos estaban vivos, es decir conteniendo un principio de vida activo, mientras otros no.

Por ejemplo, si remojas una semilla, saldrá su germen, mientras que si lo haces con un trozo de pan, en el mejor de los casos, ¡aparecerán hongos! Si dejas una fruta en tu cesto, seguirá su proceso de maduración hasta pudrirse o deshidratarse, mientras tu brioche industrial no cambiará mucho dentro de su embalaje…

  • Los alimentos vivos (¡los víveres de verdad!) son naturales y crudos, incluso fermentados o germinados
    • frutas, verduras, hortalizas, algas
    • semillas & frutos secos
    • leches, quesos y yogures crudos
    • huevos, carnes, pescados crudos o poco hechos
  • Los alimentos neutros son naturales y cocinados. Nos ayudan a mantener un buen nivel de energía y asimilar mejor ciertos nutrientes
    • productos del huerto o verduras marinas cocinadas
    • pan, legumbres, cereales, semillas
    • leches, quesos y yogures pasteurizados
    • huevos, carnes, pescados bien hechos
  • Los alimentos muertos son procesados y, por lo tanto, también muy cocidos. No nos interesan a nivel nutritivo y, por lo general, hay que evitarlos ya que suelen contener altos niveles de sal, azúcar, grasas trans y componentes sintéticos.

Dicho esto, ¿por qué es tan importante integrar, lo máximo posible, alimentos vivos en nuestras dietas? He listado abajo 5 razones que a mí me han convencido:

1. ¡Para llenar el tanque de calorías “llenas”!

No todas las calorías se valen. Los alimentos vivos no sólo aportan energía, sino también los micronutrientes (vitaminas y oligoelementos) que ayudan nuestro sistema inmunológico a combatir infecciones y prevenir degradaciones. La OMS estima que el 61% de las enfermedades actuales están directamente relacionadas con nuestro estilo de vida, es decir que son prevenibles.

Según la Dra. Fatma al-Maskari: “La combinación de cuatro factores de un estilo de vida saludable – mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta saludable y no fumar – parece estar asociada a una reducción de hasta un 80% en el riesgo de desarrollar las enfermedades crónicas más comunes y mortíferas.”

¡Así que ánimo, se puede hacer muchas cosas para mantener o recuperar la salud!

Te recomiendo las dos películas de Joe Cross de la serie “Fat, Sick and nearly Dead” para ilustrar lo que uno puede conseguir cuando toma las riendas de su condición física.

2. ¡Para tener una digestión sana!

El tema de la alimentación viva no es nada de última temporada. De hecho, muchos de los portavoces actuales se refieren a trabajos científicos que ya empezaron al inicio del siglo XX. No soy científica, pero los estudios siguientes me parecieron lo suficientemente interesantes para mencionarlos:

El Dr. Kouchakoff asoció el consumo de alimentos cocidos con la leucocitosis alimentaria (el aumento en el número de glóbulos blancos de la sangre después de la ingestión de alimentos) y llegó a la conclusión que una dieta compuesta mayoritariamente de alimentos crudos permitía proteger nuestro sistema inmunológico de esta patología.

El Dr. Howell estudió las enzimas contenidas en los alimentos vivos y llegó a la conclusión que gastábamos relativamente más de nuestras propias enzimas para digerir alimentos cocidos – ya que ellos perdían sus enzimas durante la cocción – lo que podía afectar nuestra capacidad a digerir a largo plazo.

La Dra. Helen Vlassara, profesora en la prestigiosa escuela de medicina Mont Sinaï de NYC, demostró en un estudio clínico en el año 2016 que una dieta baja en AGE (advanced glycation end-products) – es decir conteniendo alimentos poco cocinados – permitía bajar la resistencia a la insulina de las personas obesas.

3. ¡Para masticar!

Un efecto adicional interesante de la alimentación viva es que la tenemos que masticar (salvo si hacemos jugos frescos, los cuales ofrecen otros beneficios: ver mi post «Todos locos por los zumitos: ¿cómo elegir tu super-cocktail?«) y esto, entre otras ventajas, nos hace trabajar los músculos faciales, nos ayuda a identificar nuestro punto de saciedad (algo clave cuando se tiende a sobre-comer), y facilita mucho la digestión lo cual nos libera energía.

4. ¡Para tener más tiempo!

Uno no tendrá que cocinar (mucho) para comer bien 🙂

5. ¡Para una economía más justa, y respetuosa con el medio-ambiente!

Por fin, una alimentación viva no requiere transformación, lo que nos permite valorar mejor el trabajo del agricultor, por un lado, y limitar el sobre-gasto de recursos naturales de parte de la industria agro-alimentaria, por otro lado.

Un fun-fact que no lo es en realidad, es que gran parte de la contaminación del aire en Asia del sudeste viene de los fuegos caseros que permiten cocinar los alimentos… No nos olvidemos que, ya que somos tantos en el planeta, cada cosa que hagamos tiene una repercusión importante a escala mundial.

Alimentos vivos, neutros o muertos: a mí me parece una manera tan simple como potente para considerar nuestros hábitos alimenticios. No soy crudívora, ni creo que haga falta ser tan radical, pero ahora sí, presto más atención a mis “víveres” y aspiro a que llenen por lo menos ¡la mitad de mi plato!

Ahora te dejo abajo unas preguntas para seguir con tu reflexión:

  • ¿Cuál es la proporción de alimentos vivos, neutros y muertos en tu dieta diaria?
  • ¿Consideras que es suficiente, o sería mejor para tu salud aumentar la proporción de “vivos”?
  • ¿Crees que podrías fácilmente integrar más “vivos” en tu dieta? Sí: ¿cómo? No: ¿Por qué?

Espero que este artículo te haya sido útil. Si tienes cualquier duda o comentario, ¡no dudes en escribirme!

Cuídate,

Maria.

Videos relacionados con el tema del post:

Artículos científicos relacionados con el tema del post:

Autores de referencia:

  • Dr. Edward Howell
  • David Wolfe, experto en “Raw Food” y “SuperFood”

PS: Y si encuentras el contenido interesante, compartir siempre da gustito 🙂