Hola. Hoy me lanzo a escribir un artículo que tengo en un cajoncito de mi mente desde hace meses. Se trata de alimentación (como muchas veces conmigo, vale), pero desde una nueva perspectiva: la del SER. No vamos a hablar de lo que hay en tu plato, ni en tu nevera (eso lo haremos en otro post seguro)… Vamos a hablar de ti, de tus sensaciones, de tus emociones, de tus automatismos, creencias, valores, necesidades, de tu nivel de placer y de preocupación a la hora de comer. En fin, vamos a explorar tu mundo interior a través de la comida.
Esa es la parte sumergida del iceberg: siempre la más importante, a menudo la menos consciente, y para algunos de nosotros “la peor”. Saber lo que comemos es un paso. Comer conscientemente es otro. Porque no somos máquinas. Porque la comida no sólo es un combustible. Porque podemos comer lo más sano del mundo, y odiarnos en cada comida. Porque cuerpo, corazón y mente no siempre caminan de la mano. Este nuevo artículo está destinado a quien quiera mejorar su estado frente a la comida, y/o descubrir los principios del Mindful Eating.
1. Los tres caminos
“Me parece que la mejor vía es la del término medio.” – Dra. Kousmine
Con el auge de la comida ultra procesada y de las enfermedades metabólicas (diabetes de tipo II, síndrome metabólico, dislipidemia, obesidad, etc.) hemos cuestionado en profundidad nuestra dieta, y empezado a polarizar los alimentos entre “comida sana” o “comida basura”. Claramente, nunca hubo tanta información disponible sobre alimentación saludable como hoy. No obstante, parece que no es suficiente para mejorar la salud pública, y más preocupante aún, vemos que los trastornos alimenticios tienden a aumentar. Por cierto, si tienes alguna duda al respecto, te he dejado abajo un pequeño cuestionario que sirve para identificar posibles trastornos alimenticios; en todo caso, no dudes en contactarme, es importante abordar estas inquietudes cuanto antes para no potenciar conductas dañinas.
Observo que el camino clásico que se ha promovido durante varias décadas para cuidarse, se ha confundido a menudo y lastimosamente, con una invitación a desarrollar una relación de control con la comida. Y, ya sabemos que pocas veces nos funciona a largo plazo esta dinámica… No es agradable para nadie tener que elegir entre salud y placer, ¿verdad? Eso puede llegar a crear distorsiones y peligrosos efectos yo-yo (ver mi post anterior La dieta post-navidades: ¿Detox o Intox?). Entonces, ¿cómo lo hacemos? Lejos del control y de la compulsión, el tercer camino que propone el Mindful Eating (o Alimentación Consciente) es el amor a uno-mismo.
2. El poder de la autocompasion
“Ser amable contigo mismo solo cuando te lo mereces es como regar una planta sólo cuando llueve.”
Me gustaría aquí poner límites al concepto de mérito. No digo que todo se vale, ni pienso que sea una buena idea conformarse con las numerosas excusas que uno pueda exponer para no cambiar sus hábitos. Ya sabemos que la gran mayoría de las enfermedades actuales están directamente relacionadas con nuestro estilo de vida (ver mi post anterior Punto de partida: Manifiesto por una alimentación consciente). Digo que no es porque no lo hacemos siempre como lo dicta nuestro gran juez interno, que no somos merecedores de amor. La manera de comer de una persona no hace que sea más valiosa que otra. Somos todos diferentes, y lo que es fácil para una persona no necesariamente lo es para otra, y viceversa. No se trata de fuerza de voluntad (poco tiene que ver con esto), sino de aceptación para poder mirarnos a la cara sin escapismo. Y a la hora de motivarse, más vale hacerlo desde la compasión que desde el rechazo.
Y tú, ¿hasta dónde eres capaz de aceptarte? ¿Qué es lo que te resulta difícil amar en ti? ¿Cuál es la calidad de tu discurso mental respecto a esta parte de ti que sueles despreciar?
3. El triángulo de la consciencia
“Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En este espacio se encuentra nuestro poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta están nuestro crecimiento y nuestra libertad.”
– Viktor Frankl.
La plena consciencia es la constante práctica de estar en contacto con las sensaciones, las emociones y los pensamientos. Estos tres polos son lo que se llama: el Triángulo de la Consciencia. Se trata de iluminar un espacio interno (en mi caso aparece como una pista arenosa de circo) observando, sin juicio, todo lo que surge en el campo de nuestra consciencia, para elegir nuestra respuesta, en vez de meramente reaccionar.
Fíjate, la rapidez con la cual actúa la inconsciencia : reaccionamos de manera casi instantánea delante de casi cualquier estímulo base a nuestro programa subconsciente de creencias (ver mi post anterior Creencias: ¿Quieres saber cuál es tu destino?). Y tú, ¿cómo sueles reaccionar cuando te sientes triste ? ¿Cómo sueles celebrar tus éxitos? ¿Cómo sueles gestionar el estrés o la incertidumbre? ¿Tienes algunos remedios clásicos para estas situaciones?
El Mindful Eating es la aplicación de esta práctica de observación a nuestra manera de comer. Mucho más allá de masticar equis veces cada mordisco (lo cual puede parecer muy aburrido), se trata de observar con curiosidad:
- Nuestras sensaciones físicas: en el estómago (hambre, saciedad…), en nuestros sentidos (color, textura, olor, ruido, sabor…), y en el cuerpo en su globalidad.
- Nuestras emociones: tranquilidad, alegría, tristeza, miedo, vergüenza, ira.
- Nuestros pensamientos: nivel de agitación (estrés o calma), a dónde nos llevan (pasado, presente, futuro), tipo de discurso (empoderador o destructor), etc.
Este ejercicio de autoconciencia nos permite habitar el momento presente, y entender nuestras necesidades reales para elegir la mejor manera de responder a ella.
Si te apetece empezar a practicar, te sugiero una dinámica tan simple como potente. Haz una mini pausa antes de tu próxima comida, toma un par de respiraciones profundas poniendo tu atención en el momento presente, observa tus sensaciones físicas, emociones y pensamientos, y luego hazte esta pregunta: ¿para qué como ahora?
Escucha todas las respuestas que te vienen a la mente, sin juicio, y nota si algo nuevo surge a tu consciencia. Quizás te des cuenta de qué no tienes hambre, o qué no quieres comer esto, o que necesitas procesar una emoción fuerte, que quieres estar con alguien, que estás muy feliz, etc. Escucha atentamente tus necesidades y elige tu respuesta.
Voy a parar aquí este primer post sobre Mindful Eating. Detallaré más adelante el fenómeno de hambre emocional
¡Cuídate mucho!
Maria.
Cuestionario SCOFF:
- ¿Tienes la sensación de estar enfermo/a porque sientes el estómago tan lleno que te resulta incómodo?
- ¿Estás preocupado/a porque sientes que tienes que controlar cuánto comes?
- ¿Has perdido recientemente más de 6 kg en un periodo de tres meses?
- ¿Crees que estás gordo/a aunque otros digan que estás demasiado delgado/a?
- ¿Dirías que la comida domina tu vida?
Si respondes SÍ a por lo menos dos de estas preguntas, sería muy importante hablarlo con un profesional de la salud. No te ayudas minimizando y/o intentando hacerlo solo. Estamos aquí para ti.