No sé si a ti también te pasa, pero yo no paro de encontrarme con el mensaje, más o menos subliminal, de que en enero, toca hacer un buen detox para compensar todos los abusos de las Navidades. Ya sea en plan broma como la @Immasust, o en plan “empiezo el año con buenas intenciones”, o en plan “socorro, ¡¡he engordado 5 kg sin darme cuenta!!”, veo a mucha gente a mi alrededor iniciando el año con un detox (o una dieta clásica), y he decido hacer este post por si acaso te lo estés planteando también.
Punto 1: ¿Qué es un Detox?
Si bien no existe una forma única de hacer un detox, casi todas sus fórmulas tienen en común:
- Predominancia de verduras, hortalizas, frutas y plantas: alto contenido en fibra, micronutrientes y sustancias depurativas.
- Consumo limitado de proteína y grasa, especialmente de origen animal: evitar la producción de desechos metabólicos, y también dar un reposo al aparato digestivo.
- Ingesta de mucho líquido, en forma de infusiones, caldos y zumos (frescos y con un índice glicémico bajo, ¡por favor!): hidratar, depurar y facilitar la digestión.
- Ausencia de sustancias irritantes / inflamatorias (café, té, azúcar, gluten, etc.).
- Duración limitada en el tiempo: 1 a 2 semanas.
Por lo tanto, un detox suele también ir de la mano de un aporte hipocalórico, lo cual ayuda a nuestras mitocondrias (organillos de nuestras células que fabrican ATP, es decir energía) a rejuvenecer e in fine, aumentar nuestra vitalidad.
Por cierto, para aumentar tu nivel de energía, te recomiendo la lectura de mi post: “Vitalidad: ¡5 claves para despertar con energía!”. Y si te interesa prepararte unos buenos zumos, encontrarás información muy útil en mi post: “Todos locos por los zumitos: ¿cómo elegir tu super-cocktail?”.
Punto 2: ¿Para qué hacer un Detox?
Déjame aclarar una cosa de entrada: UN DETOX NO ES PARA PERDER PESO.
Como acabamos de decir, un detox al ser hipocalórico puede inducir a corto plazo una pérdida momentánea de peso. No obstante, lo que va a determinar el peso más allá del detox, es la dieta habitual. Si no se produce ningún cambio en la dieta y en el estilo de vida, el organismo reconstituirá las mismas reservas que antes, y probablemente más: es lo que llamamos el efecto yo-yo.
De hecho, las dietas hipocalóricas son armas de doble filo. Por un lado, como dicho anteriormente favorecen entre otras cosas, la salud celular. Pero, por otro lado, suelen generar serios problemas a nivel metabólico, y el aumento paulatino del peso corporal.
La finalidad de un detox es LIMPIAR EN PROFUNDIDAD EL ORGANISMO. Se podría comparar a la gran limpieza anual de una casa, la cual no sustituye para nada una buena higiene en el día a día. Por esto, un detox solo tiene sentido en caso de ya contar con una dieta saludable, o al inicio de un cambio de alimentación profundo, ya que permite romper patrones y hábitos antiguos.
Nota: se puede también diseñar una dieta detox para averiguar la existencia de algunas intolerancias alimentarias.
Punto 3. ¿Cuándo hacer un Detox?
En mi opinión, y desde un enfoque de salud holística, un detox no es una mera purga digestiva, sino un profundo proceso de reset a todos los niveles: físico, emocional, mental y espiritual. Es una gran oportunidad para estar con uno mismo, y considerar el curso de nuestra vida.
No recomiendo hacer un detox en momentos de mucha acción, o de vuelta al trabajo, sino más bien en momentos de calma, de poca actividad y mucha consciencia.
Por fin, creo que lo que me motivó a escribir este post es la creencia de que se puedan compensar los abusos de navidades (o de cualquier periodo de vacaciones) con un poco de disciplina a la vuelta.
Equilibrio y compensación son dos conceptos muy diferentes, por eso existen dos palabras. De la misma manera que acariciar a alguien después de haberle dado una bofetada, no es un borra-cuentas, imponer a tu cuerpo una dieta para “compensar” los abusos navideños, no te hará más sano si no viene acompañado de un verdadero cambio de paradigma.
El equilibrio, como la salud, se encuentra en el hábito diario y en una relación armoniosa con uno-mismo.
Espero que este artículo te haya sido útil. Si quieres ayuda en tu proceso de cambio de alimentación, no dudes en contactarme.
Cuídate,
Maria