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Cuando hice un sondeo hace algunos meses sobre estilo de vida y salud, surgió que el anhelo principal de las personas interrogadas era tener más energía, más vitalidad. Y veo en esta respuesta mucha sabiduría: in fine, la energía es lo que hace que estemos vivos, ¿verdad? De ella depende: nuestra salud, nuestro estado anímico, así como muchas de nuestras decisiones… Seguro que habrás notado que no solemos ver las cosas de la misma manera cuando estamos agotados, que cuando estamos vibrantes de salud. Así que, de todas las cosas importantes en la vida, quizás la energía sea al final, LA más importante.

Y tú: ¿cómo te despiertas? Si quieres potenciar tu vitalidad, y coger enérgicamente las riendas de tu vida, este post va para ti.

Nota: que sepas que cada una de estas ‘5 claves para despertar con energía’ me apasiona, y que intenté ser lo más sintética posible… ¡de verdad!


1. Nutrir un estado de paz

Empiezo por aquí para deshacernos ya del mito de la cafeína, y diferenciar la vitalidad de la excitación.

Nuestro sofisticado sistema nervioso nos ofrece, de hecho, dos estados de vigilia para adaptarnos mejor a las circunstancias en las cuales nos encontramos: un estado de paz, y otro de estrés. Según si nos sentimos en peligro o no, nuestro sistema nervioso autónomo activa su rama simpática (estrés) o parasimpática (paz), lo cual cambia toda nuestra fisiología y nuestro estado anímico a través de las hormonas.

El estrés tiene hoy en día muy mala prensa, y me gustaría insistir aquí sobre el hecho de que sin él – o sin nuestra capacidad de engordar – la humanidad no hubiera sobrevivido hasta el año 2020. El estrés nos permite, frente a un peligro, redistribuir toda nuestra energía, quitándola de las funciones de largo plazo (sistema inmune, digestión, regeneración celular, etc.) para colocarla en los músculos y el cerebro y así, pensar y movernos rápidamente.

El problema con el estrés, es que abusamos de él… En vez de usarlo para responder a amenazas reales, gastamos este recurso despertándonos con una alarma estridente, tomando chutes repetitivos de cafeína, o gestionando en modo piloto automático situaciones del día a día como, en el metro cuando alguien habla demasiado alto, en la oficina cuando llegamos tarde a una reunión, en casa cuando los niños no quieren hacer sus deberes, etc. Este fenómeno se llama «estrés crónico», y es la causa inicial de casi todas las enfermedades, tanto psicoemocionales como físicas.

Imagina un país que viva en estado permanente de emergencia, y que para defenderse de potenciales ataques exteriores, decida cortar los presupuestos de educación, cultura y sanidad. ¿Te suena? Bueno, ¿qué crees que pasará si el país mantiene este estado un año, diez años, o veinte años?

El estrés te activa al instante, vale, pero agota a largo plazo. El camino hacia la vitalidad empieza por cultivar un estado de paz, no con tomar una taza de café…

Ideas de hábitos saludables:

  • Respirar diafragmáticamente, hacer ejercicios de respiración consciente.
  • Meditar: el estrés viene generalmente de nuestra percepción de la realidad.
  • Reducir o dejar la cafeína bajo sus diversas formas.

2. Ayudar a las mitocondrias a hacer su trabajo

Las mitocondrias son organillos maravillosos situados dentro de nuestras células, y que producen el 95% de nuestra energía (ATP).

Estas mini-centrales energéticas necesitan para producir ATP: oxígeno, ácidos grasos, glucosa, vitaminas del grupo B, enzima Q10 y L-carnitina. Y no puedo aquí, no subrayar el hecho de que la medicina tradicional china ya lo había entendido miles de años atrás, solo a base de observar la vida. Desde su perspectiva y simplificando MUCHO, la energía vital (Qi) se genera gracias a la unión de la energía del aire (Qi del aire) y de la energía de los alimentos (Gu Qi).

El papel de las mitocondrias en nuestra salud es fundamental. De hecho, centenares de estudios demuestran como el funcionamiento erróneo de tejidos y órganos por carecer de la necesaria energía, acelera nuestro envejecimiento y causa patologías (ej. diabetes 2, cánceres, enfermedades neuro-degenerativas o problemas circulatorios).

Dicho esto, las mitocondrias para funcionar de manera óptima necesitan, además de un buen suministro en nutrientes y oxígeno, ser estimuladas por nuestra actividad física y preservadas de los ataques de los radicales libres. También, se ha demostrado que ayunar o tener una dieta hipo-calórica, favorece la regeneración mitocondrial, mientras que comer en exceso o picar continuamente representa un desgaste energético.

Ideas de hábitos saludables:

  • Hacer ejercicio regularmente para mantener una buena masa muscular.
  • Tener una alimentación equilibrada, variada, viva, rica en antioxidantes.
  • En caso de enfermedad, considerar la posibilidad de hacer un ayuno con la supervisión de un profesional de la salud.

3. Dormir entre 7-9h

Ante todo, quiero aclarar una cosa respecto al sueño: no fabricamos la energía del día durante la noche. ¡Lo que hacemos cuando dormimos es muchísimo más importante! Dormir es ABSOLUTAMENTE esencial al buen equilibrio de nuestro cuerpo (estado de homeostasis), e in fine, a nuestra salud y vitalidad.

Mientras dormimos, nuestro subconsciente: construye la memoria, procesa las emociones, regenera las células, equilibra las hormonas, fortalece el sistema inmune ¹, limpia el cuerpo, etc.

Utilizando una metáfora poco poética, muy reduccionista pero bastante clara en mi opción: si fuésemos un ordenador, dormir no sería enchufarnos a la corriente, sino actualizar todos nuestros softwares y dejar que el hardware se enfríe. De hecho, de eso se trata, de bajar la temperatura y el ritmo para no quemar nuestras alas, como el pobre Ícaro…

Nuestra sociedad hiperactiva suele valorar poco el sueño, y el descanso en general. Las creencias del tipo «el mundo pertenece a quienes se levantan temprano» o «quien duerme la siesta es un vago» son muy difundidas, y dormir poco puede llegar a ser una fuente de orgullo para algunos. De la misma manera, nos hemos acostumbrado a romper los tiempos de descanso de la Naturaleza, utilizando fertilizantes, luz artificial e invernaderos.

¿Y si cambiemos de paradigma?

“If we don’t stop burning ourselves, we will keep burning the planet.” – Arianna Huffington

Ideas de hábitos saludables:

  • De día: aprovechar la luz natural lo más posible. De noche: apagar o alejarse de todas las luces artificiales.
  • Cenar ligero, por lo menos 2h antes de ir a dormir.
  • Comprar un despertador vintage, y dejar el móvil en otra habitación.

4. Cuidar la poderosa microbiota

De las innumerables funciones de la microbiota, una muy importante es la fabricación de la serotonina: neurotransmisor absolutamente esencial para nuestro buen estado anímico, y para la producción natural de melatonina (hormona del sueño).

Ideas de hábitos saludables:

  • Ingerir probióticos (bacterias beneficiosas): kéfir, kombucha, yogur, miso, u otros fermentados tal como el chucrut.
  • Consumir prebióticos (fibras que alimentan las bacterias beneficiosas): frutas y verduras, cereales integrales, legumbres.
  • Comer alimentos ricos en triptófano: pavo, pollo, pescado azul, lácteos, plátanos, piña, frutos secos, etc.

Más información sobre el cuidado de nuestra flora intestinal en mi post anterior: Microbiota: ¿Cómo ser un anfitrión de primera clase?


5. Tener un propósito claro para levantarse

Quiero terminar este post poniendo el énfasis sobre lo que hacemos con nuestra energía. Creo que por mucho brócoli que comamos, muchas meditaciones que hagamos, o kilómetros que corramos, si lo hacemos sin ganas, de poco servirá para ganar vitalidad.

El cuerpo es sabio, y creo que no se molesta en producir algo que no sepamos usar, o peor, que usemos en nuestra contra (manteniendo una situación laboral disfuncional por ejemplo).

Del estudio de las zonas azules (ver mi mi post anterior: Salud: Las 9 lecciones de las Zonas Azules para una vida larga, plena y sana), sale claramente a la luz que para llegar a ser un centenario feliz y lleno de vitalidad, es importante tener un propósito de vida claro, o sea: un motivo para vivir. En su libro ‘El Hombre en Busca de Sentido’, Viktor Frankl (eminente neurólogo y psicoterapeuta del siglo XX que vivió 3 años en campos de concentración), reveló que el factor determinante a la hora de saber si alguien iba a sobrevivir a tanta barbaridad, no era tanto su condición física de base, sino el sentido que encontraba a su vida. Este sentido varía evidentemente de una persona a otra, y también a lo largo de la vida: puede ser escribir un libro, cuidar sus hijos, amar a su pareja, transformar una organización, viajar por el mundo, despertar alegría en personas que sufren, etc. Lo importante es conectar con este algo que nos «anima».

«- Tienes miedo de la muerte, abuela? – Pequeña, no tengo miedo de mi invierno. Porque no he pasado mis años distraída de mi Vida, sino que realmente la he vivido.» – Myriam Aram, extracto de ‘Cuentos Medicina’.

Ideas de hábitos saludables:

  • Aclarar cuáles son tus valores y sueños (puede ser conveniente hacerlo con un coach), y realizar un vision board.
  • Reservar un momento cada día (como máximo cada semana) para reflexionar sobre tus intenciones y cumplimientos.
  • En tu lista de cosas que hacer, procurar que lo más importante sea lo más importante. 

Espero que este artículo te haya sido útil. Si quieres que te acompañe hacia una vida más plena y saludable, ¡no dudes en consultarme!

Cuídate,

Maria.

¹ Desde el punto de vista de la medicina tradicional china: la noche es cuando nuestra energía defensiva – el Wei Qi – va desde la superficie de nuestro cuerpo hacia dentro para renovarse.


Libros relacionados con el tema del post:

  • «El Hombre en Busca de Sentido», Viktor Frankl.
  • “Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva”, Stephen Covey.

Artículo relacionados con el tema del post:

  • «El papel de las mitocondrias en el tratamiento de algunas enfermedades (II)», revista Discovery Salud n°226.

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