Seguro que la ola californiana de los zumos verdes no te habrá dejado indiferente. Ya sea para probar un sabroso y sofisticado cocktail en un juice bar, para complementar tu dieta cotidiana o para hacer una cura detox, ¡los argumentos no faltan para seducirnos!
- Una bomba de micronutrientes que nutren y protegen nuestro organismo
- Una manera muy fácil y recreativa de consumir frutas y verduras crudas (ver mi post anterior “Alimentos: ¿Cómo los prefieres: vivos o muertos?”)
- Un descanso para nuestro aparato digestivo
- Un perfil calórico relativamente bajo (según la receta obviamente…)
- ¡Y encima con un sabor refrescante delicioso!
No obstante, no todos los zumos aportan los mismos beneficios al nivel de la salud, y hasta han creado algo de controversia en el mundo de la nutrición… Así que este post está pensado para ayudarte a definir tu mejor néctar de rejuvenecimiento e integrarlo en una dieta equilibrada.
1. La preparación
Existen dos métodos de elaboración: el juicing (hecho con una extractora de jugos) y el blending (hecho con una batidora clásica). No es que uno sea mejor que el otro, sino que responden a objetivos distintos.
El “juicing” extrae los nutrientes de las frutas y verduras mientras los separa de las fibras que evacuamos con las heces. Este método de extracción es muy aconsejable para los que quieren dar un descanso a su aparato digestivo y disfrutar de un shoot de micronutrientes con la mínima estimulación gastrointestinal. En cuanto al equipo : prefiera los modelos de tornillo (especialmente de doble tornillo) ya que permiten una extracción lenta, y evita las centrífugas a toda costa.
El “blending” lo mezcla todo para convertir las frutas y verduras en zumo (o puré según la cantidad de agua). La ventaja principal es la distribución progresiva de la energía, dejando una sensación de saciedad. Así que, si tu objetivo es regular tu apetito y mejorar tu tránsito, el blending está apropiado.
También, dependiendo de si eliges el “juicing” o “blending”, podrás variar las recetas integrando distintos ingredientes:
- Con el “juicing” puedes usar hortalizas de textura densa como la zanahoria o la remolacha
- Con el “blending” puedes introducir aguacate, banana o corteza de cítricos
Y si tan sólo quieres comprarte un zumo para llevar, fíjate en que sea fresco (y no sólo me refiero a la temperatura), 100% natural e idealmente ecológico, sin azúcar o edulcorante añadido de ningún tipo y ¡nada pasteurizado!
2. Los ingredientes
¡Cuánto más frescos, más micronutrientes tendrán! Si el perfil nutritivo de las frutas o verduras varia muchísimo entre especies y variedades, también lo hace entre vegetales aparentemente similares. Es decir, puede ser que una manzana sea mucho más nutritiva que otra. Por eso, es recomendable:
- Variar las recetas para aprovechar una fuente amplia de micronutrientes (sobre todo si no sueles consumir muchos vegetales crudos a parte de los zumos)
- Comprar frutas y verduras con colores vivos, de temporada, y de productores locales, para la mayor frescura posible.
Mi truco: Una manera fácil de comprobar en casa si tu compra es rica o no en anti-oxidantes es cortar dos piezas de dos frutas o verduras similares pero de variedad u origen distinto, dejarlas al aire libre y comparar sus aspectos después de un par de horas: la que menos se ha oxidado y ablandado, es la que contiene más anti-oxidantes.
Otro factor importante para tu salud y la del planeta, es el consumo de productos ecológicos, es decir sin pesticidas o material químico de síntesis. Te he puesto abajo unos links para sensibilizarte a los riesgos asociados a la ingestión o exposición crónica a esas substancias. Y si tus finanzas no te permiten comprarlo todo ecológico, te aconsejo por lo menos priorizar la compra ecológica de los 12 alimentos que la ONG medioambientalista estadounidense EWG ha llamado “la docena sucia” (“dirty dozen”) por llevar los niveles más altos de pesticidas:
- Frutas: fresas, nectarinas, manzanas, duraznos, peras, cerezas, uvas
- Verduras (o comúnmente consideradas como tal): espinacas, apio, tomates, pimientos dulces, patatas, chiles picantes*
*Recién añadido a la lista
Por fin, ¡cuánto más verduras, mejor! Las frutas por contener fructosa perturban nuestros niveles de azúcar en la sangre. Limitar su consumo – sobre todo si tus zumos no contienen fibras insolubles para ralentizar la digestión – permite prevenir los peligrosos picos de insulina. Lo ideal sería acercarse poco a poco a una ratio de 3 verduras por 1 fruta. Y por supuesto, no te olvides de añadir plantas aromáticas como la menta, la albahaca, o el jengibre, y súper-alimentos tipo matcha o maca, para darle relieve a tus zumos y aprovechar sus propiedades terapéuticas.
Mi receta casera de puré preferida, es mega sencilla y muy hidratante para la mañana:
- Una rama de apio (de temporada en invierno y primavera) para la vitamina K y su poder hidratante
- Una manzana verde para la vitamina C y las fibras
- Dos o tres hojas de menta frescas de mi huerto para sus propiedades antimicrobianas, energizantes y digestivas
En verano, me gusta también batir un trozo de sandía con menta. Así de sencillo.
¿Y tú, te animas a compartir tus recetas de zumos con nosotros? Deja un comentario abajo y abre un espacio de inspiración mutua.
3. El papel en la dieta
Para complementar una dieta sólida equilibrada: es mejor tomar un zumo a parte de las comidas (o por lo menos 30 minutos antes de comer), para sacar el mejor provecho de todos los micronutrientes.
Para hacer un detox con la sola ingestión de zumos: te recomiendo informarte previamente y tener el apoyo de un profesional competente y de confianza. Una dieta basada únicamente en zumos es incompleta, y al no cubrir bien todas tus necesidades fisiológicas, en lípidos, proteínas y fibras por ejemplo, podrías rápidamente dañar tu masa muscular o generar carencias y desequilibrios importantes.
Dicho esto, por buenos que sean los zumos, ¡no te olvides de masticar! No se bebe la vida, sino hay que darle mordiscos 🙂
Espero que este artículo te haya sido útil. Si tienes cualquier duda o comentario, ¡no dudes en escribirme!
Cuídate,
Maria.
Artículos relacionados con el tema del post:
- EWG: Informaciones adicionales sobre la “docena sucia”
- El Confidencial: “España, campeona de Europa en el uso y abuso de químicos para la agricultura”
- Eurostat: “Sales of pesticides, 2011-14”
- BBC News: “OMS defiende clasificación del glifosato como posible cancerígeno”
Videos relacionados con el tema del post:
- Serie de documentales de Joe Cross: “Fat, Sick and nearly Dead I” seguido por “Fat, Sick and nearly Dead II”
PS: Y si encuentras el contenido interesante, compartir siempre da gustito 🙂
4 Comments
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Romi
Hola María, ayer leí tu post y hoy me levanté y me dije ¿Por qué no hacerlo hoy?, Tenía ganas de zumito! Hubo un tiempo que lo hacía todos los días, ahora es mas esporádico pero volveré a implementarlo mas seguido, porque cuando bebí el que me había preparado, volví a sentir ese gustito…yum!
Siempre le agrego ingredientes distintos. Mi receta del zumito batido de hoy fue: Unas hojas y medio tallo de apio, un puñado de espinacas, media banana, zumo de medio limón, unos trocitos de jengibre fresco y agua filtrada. Muy simple, pero sabroso!! Yo pienso que hay que ir probando las cantidades para que quede más líquido o mas espeso, que sea a gusto.
Gracias por compartir tan buena información saludable!
Maria Bouchard
¡Hola Romi! Qué buena pinta tiene esta receta 🙂 Gracias por compartir, seguro que la probaré un día de estos. ¿Por curiosidad, cuál es tu experiencia con los extractores de zumos? ¿Has probado alguna vez, o te gustaría hacerlo? ¡Un abrazo fuerte! Maria.
Romi
Hola María!! No he probado aún los extractores de zumo. He probado una licuadora de frutas y verduras, donde se separa el zumo del resto. Es decir por un lado sale el zumo y en el filtro queda como un puré. Me han comentado que los extractores de los que hablas mantienen en un porcentaje mas alto las propiedades de los alimentos ¿puede ser? ¿Tu que recomiendas?
Maria Bouchard
Hola Romina, creo que usaste una centrifuga. Este aparato permite separar las fibras del zumo, pero como mencionaste en tu comentario, no preserva tan bien las propiedades nutritivas como un extractor lento de zumos. La ventaja de la centrifuga está en el precio (< 50€). Si tu objetivo es hacer un shoot de micronutrientes, te recomiendo invertir un poco más (> 150€) y comprar un buen modelo de extracción en frío con tornillo, o aun mejor con doble tornillo ya que extrae relativamente más zumo y nutrientes (lo cual es muy interesante si tomas zumos a menudo, o si tienes una familia).
Existen modelos horizontales y otros verticales. Por lo entendido, los horizontales son más prácticos para extraer zumos de hierbas con mucha fibra, pero los verticales consumen menos espacio…
Ya que se ha puesto de moda tomar zumos, mucha gente regala extractores a personas que no tienen aún mucho interés en ello. Resulta que puedes encontrar muchos modelos descontados, de muy buena calidad y casi nuevos en sitios de compra-venta de segunda mano 🙂
El jueves que viene, iré a buscar el mío. ¡¡¡Qué ganas tengo de empezar a probar nuevas recetas de zumos, de hacer leches vegetales frescas y sorbetes caseros!!!
Espero que mi respuesta te sea útil. Un abrazo.
Maria.