Mis artículos siempre hacen de puente entre lo que pasa en mi vida en este momento, y lo que considero de utilidad pública :). Y como buena foodie-freakie que soy, no te extrañará saber que, estos días, ¡me he puesto al servicio de un condimento vivo! He vuelto a cultivar mis germinados, y esto me da múltiples y pequeñas alegrías cada día. Es bello ver algo o a alguien crecer, ¿verdad? También decirte que este verano, he tenido la oportunidad de hacer de anfitriona con mis amigos viajeros, y he comprobado que muchos de ellos no conocían los potecitos que tenía siempre en la mesa: mis condimentos favoritos. Pues, ¡no necesitaba más razones para escribir este nuevo post! Encontrarás en este artículo una mini ficha de presentación para cada uno de ellos, para que puedas condimentar con gusto y consciencia cada uno de tus platos.
n°1. Los germinados
¡Una maravillosa fuente de micronutrientes! Los germinados, o brotes, son semillas que entran en una fase de crecimiento en la que se da una serie de cambios metabólicos que aumentan significativamente su valor nutricional:
- Mayor contenido de vitaminas, clorofila.
- Mayor disponibilidad de minerales.
- Gran presencia de enzimas digestivas.
Por lo cual son grandes aliados para revitalizarse. Consumidos ya por los Esenios, son el alimento emblema de la Alimentación Viva (ver mi post anterior: Alimentación Viva: ¿Conoces sus principios y beneficios?).
Existe una gran variedad de semillas para germinar: alfalfa, mostaza, col, soja, etc. Se pueden comprar preparadas, pero recomiendo hacerlas en casa, tanto para el medioambiente como para tu economía (ver mi post: Paso a paso para hacer tus germinados).
n°2. El Gomasio
El gomasio nace de la deliciosa mezcla de semillas de sésamo y de sal marina con un ratio de 10-1. Condimento de origen japonés, es ideal para sazonar un plato sin pasarse con el sodio, y a la vez aumentar su valor nutricional:
- Un aporte complementario de proteína, grasas insaturadas y fibra.
- Vitaminas del grupo B y E.
- Un chute de minerales : Ca, Mg, Fe, Cu, P, Mn y Zn (sobre todo calcio y hierro).
O sea que, en vez de ser un intruso en la mesa como puede llegar a ser la sal de mesa, el pote de gomasio se vuelve un alimento a tu favor para regular el colesterol y contribuir a mejorar tu salud cardiovascular.
Tener en cuenta que se utiliza siempre después de la cocción, al momento de servir. Se recomienda pasarlo por un suribachi (o mortero) para abrir las semillas de sésamo y así, maximizar la absorción de los nutrientes y difundir mejor el aroma. Combina con todo: carnes, pescados, ensaladas, cremas, etc.
n°3. La levadura de cerveza
La levadura de cerveza es otro complemento alimentario natural interesante para tu despensa. Muy similar a la levadura de panadería, está hecha a partir de un hongo microscópico non patógeno llamado Saccharomyces Cerevisiae. Se puede consumir de dos tipos: inactivada (temperatura de deshidratación > 40°) o activada, es decir viva (temperatura de deshidratación < 40°). Generalmente en forma de copos, la levadura de cerveza aporta al plato:
- Proteína y polisacáridos.
- Vitaminas del grupo B, en particular B1.
- Oligoelementos como el cromo y el selenio.
La versión activada es fuente también de probióticos para el equilibrio de la microbiota (ver mi post anterior: Microbiota: ¿Cómo ser un anfitrión de primera clase?).
La utilizo mucho para ensaladas y para preparar algunas salsas crudiveganas (por su saborcito ligeramente amargo).
Estos tres potes en tu mesa te ayudarán a dar el toque final a cada uno de tus platos, así como a incrementar su valor nutricional, pero no económico. Muy asequibles, se pueden consumir regularmente.
¡Cuídate mucho!
Maria