Empecé a fumar cuando tenía 14 años, y obviamente, no tanto porque me apetecía sino más bien para integrarme y parecer “cool”. Me entrenaba a la noche con mi mejor amiga detrás de los invernaderos con la excusa de pasear al perro. Después de muchos esfuerzos, me acostumbré al humo, y construí mi identidad de mujercita como fumadora… Me parecía tan guay y placentero fumar, que aumenté el consumo hasta el disgusto… Es cuando me reté: ¡a los 30 iba a dejarlo!
Después de tres años de on-off, por fin puedo decir que ya no soy fumadora. En mi caso ha sido un proceso largo, pero sin pena. Casi al revés: aprendí de mí-misma, y ahora me da alas comprobar que el futuro de uno no tiene que ser una mera repetición del pasado.
¿Cómo lo hice?
Llevaba tiempo ya, queriendo ser una adulta con un cuerpo y un estilo de vida sano, y me gratificaba cada vez que mis hábitos eran coherentes con este nuevo “yo-ideal”. Consecuentemente, el humo volvió a ser un refugio cada vez más agridulce.
Al reducir tanto mi consumo, ya no tenía ninguna adicción física. Era una fumadora social: mi cuerpo por sí-mismo, ya no pedía tabaco sin estímulos externos, más bien al contrario. Cuando empecé a hacer meditaciones corporales, poniendo atención en cada parte de mi cuerpo, sentí que me hacía daño. Mi cuerpo me pedía que lo dejase. No es lo mismo saber y tomar consciencia.
Por fin, y creo que sobre todo, comprendí al leer el diccionario de las enfermedades de Jacques Martel, el “para qué” fumaba: el humo ponía un velo sobre mis emociones fuertes, que sean euforia, miedo, tristeza o rabia. Me reí de mí-misma: había hecho un máster de desarrollo personal y todavía delegada al cigarrillo la gestión de mis emociones… Decidí que después de 17 años de buenos y leales servicios, iba a dimitir el “piti” de este altísimo cargo y hacerme yo responsable 🙂
Ahora te dejo abajo unas preguntas para seguir con tu reflexión (en caso de que fumes):
- ¿Te identificas como fumador(a)?
- ¿Eres consciente del daño que estás haciendo a tu cuerpo, o sólo sabes que el tabaco es dañino?
- ¿Qué tipo de emociones sueles gestionar con el cigarrillo?
- ¿Cómo te sentirías si dejases de fumar?
- ¿Te gustaría de verdad dejar de fumar o solo es una expectativa externa?
Espero que este artículo te haya sido útil. Si tienes cualquier duda o comentario, ¡no dudes en escribirme!
Cuídate,
Maria.
Publicación relacionada con el tema del post:
- Jacques Martel: “El Gran Diccionario de las Dolencias y Enfermedades” – Cigarrillo p.159